Hábitos saludables. En busca del bienestar. Atención Educativa
Como hemos visto, nuestras decisiones determinan, en parte, lo que somos. No siempre es fácil renunciar a cosas que nos gustan pero que a la larga nos pueden hacer sentir mal ni elegir otras que pueden parecernos aburridas o incluso desagradables en el momento pero que a largo plazo nos pueden hacer sentir bien y resultar positivas para nuestra vida.
El placer es una sensación inmediata y fugaz, pues tan pronto viene como se va. La felicidad es un estado que se mantiene en el tiempo, al que llegamos con paciencia y cultivando ciertos hábitos que nos proporcionan bienestar.
Todos los estudios e investigaciones sobre el tema, apuntan a que desarrollar ciertos hábitos saludables mejoran el estado físico y mental de los adolescentes, contribuyendo a su felicidad y a la sensación de bienestar. Aunque no siempre es fácil lograr rutinas, es imprescindible que estos hábitos se desarrollen de manera constante para que se interioricen para el resto de la vida.
Ejemplos de hábitos saludables en adolescentes:
- Nutrición variada y saludable: priorizando verduras, frutas, legumbres, cereales, carne, pescado, huevos, etc., y reduciendo alimentos menos saludables, como los ultraprocesados, la bollería industrial, los alimentos con alto contenido en azúcares refinados y grasas trans, las bebidas azucaradas y chucherías…
- Descanso: es crucial el descanso de entre 8-10 horas cada noche en adolescentes. Si no hay sueño o no es reparador, se acusan problemas como cansancio, fatiga, falta de concentración, incapacidad para memorizar, mal humor…
- Desconexión digital: limitar las horas de uso de móvil u otros dispositivos. El consumo continuo de contenido digital provoca “picos de dopamina” (una hormona neurotransmisora implicada en la sensación de placer) que se pueden acabar convirtiendo en una adicción, necesitando cada vez más y más y limitando el normal desarrollo en otros ambientes. El abuso de pantallas también puede provocar problemas de visión, concentración, sueño…
- Ejercicio y deporte: buscando que nuestro cuerpo se mueva lo máximo posible a lo largo del día. Cambiar pequeños hábitos, como subir por las escaleras en vez del ascensor, ir caminando a los sitios y/o realizar ejercicios de movilidad y estiramientos también mejoran nuestra postura corporal, evitando problemas de huesos y músculos a largo plazo. En resumen, mantener una vida activa para luchar contra el sedentarismo
Ya los griegos tenían conocimiento de la estrecha relación entre el cuerpo y la mente. Decía el médico Hipócrates: “que el alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”, y en el mundo romano se popularizó la idea “mens sana in corpore sano”. Si no cuidamos estos hábitos, en la medida de lo posible, nos costará ser felices y llegar al estado de bienestar del que hemos hablado antes. Algunos hábitos, nefastos para el cuerpo y por tanto también para la mente, que pueden ser especialmente dañinos en la adolescencia, son: fumar (no solo tabaco, también vaper), consumir alcohol, exceso de cafeína, sedentarismo, dependencia del móvil y de videojuegos, falta de sueño, abuso de pantallas, dieta desequilibrada…
Actividad: Realiza un mapa visual con los distintos hábitos saludables estudiados y que consideres clave para llevar una vida sana. Muestra ejemplos de tu vida cotidiana a través de ilustraciones