Si los hombres menstruaran - Por Gloria Steinem

Gloria Steinem : If men could menstruate…

El texto original se puede encontrar en el MUM Museo de la menstruación de Nueva York


"Una minoría blanca del mundo se ha pasado los siglos intentando hacernos creer

que la piel blanca hace a la gente superior, a pesar de que lo único que hace en

realidad es que la mayoría de quienes la tienen note más el efecto de los rayos

ultravioletas y de las arrugas. Los seres humanos hombres han construido incluso

culturas enteras en torno a la idea de que la envidia del pene le es "natural" a las

mujeres, a pesar de que podría decirse que tener un órgano tan mal protegido hace

vulnerables a los hombres, y que la envidia al vientre, por el hecho de que éste

permite engendrar vida, tendría que ser, como poco, igualmente lógica.

Resumiendo, se piensa que las características de quienes tienen el poder, sean

cuales fueren, son mejores que las características de quienes no tienen el poder; y

esto no tiene nada que ver con la lógica.


¿Qué ocurriría, por ejemplo, si de pronto, por arte de magia, los hombres

pudieran tener la menstruación y las mujeres no?


La respuesta está clara: la menstruación sería un acontecimiento de hombres

totalmente envidiable y del que se podría presumir:

Los hombres hablarían del tiempo de duración y de la cantidad de su período.

Los muchachos celebrarían el inicio del periodo -ansiada prueba de su

masculinidad- con rituales religiosos y fiestas sólo para hombres.

El Congreso subvencionaría el Instituto Nacional de la Dismenorrea para combatir

las molestias del mes.

Compresas y tampones recibirían subvenciones federales por lo que serían

gratuitas. (Lo que no implicaría, sin duda, que algunos hombres prefirieran pagar por

marcas comerciales de prestigio, como los tampones John Wayne, las compresas a

prueba de combas Muhammad Alí, los suspensorios menstruales Joe Namath,

"Para tus días de soltero", y las compresas con alas de Robert "Baretta".)

Los militares, los políticos de derechas, y los fundamentalistas de la religión citarían

la menstruación ("men", en inglés, significa "hombres", + "struación" como prueba

de que sólo los hombres pueden servir en el ejército ("debes poder dar tu sangre

para tomar la sangre de otros", ostentar cargos políticos ("¿tienen las mujeres la

capacidad de ser agresivas cuando no tienen este ciclo constante que viene regido

por el planeta Marte?", ser sacerdotes o ministros ("¿cómo podría una mujer dar su

sangre por nuestros pecados?" o rabinos ("sin la pérdida mensual de lo impuro, las

mujeres no están limpias").


Los hombres radicales, los políticos de izquierda, los místicos, por su lado,

insistirían en que las mujeres son iguales sólo que diferentes, y en que cualquier

mujer podría unirse a ellos siempre y cuando estuviera dispuesta a autoinfligirse una

herida importante al mes ("DEBES dar tu sangre por la revolución", a reconocer la

importancia prioritaria de los temas menstruales, o a subordinar su yo a todos los

hombres en su Círculo de Ilustración. El hombre de a pie presumiría siempre ("Yo

tengo que ponerme TRES compresas"o al contestar un elogio de un compañero

("Qué bien te veo, chico" chocaría las cinco y diría: "Claro, tío, ¡estoy con el trapito!".

Los programas de la televisión tratarían el tema continuamente. ("Happy Days":

Richie y Potsie intentan convencer a Fonzie de que sigue siendo "El Fonz" aunque

lleve dos meses seguidos sin el periodo.) También los periódicos. (MIEDO A

TIBURONES AMENAZA A HOMBRES CON PERIODO. JUEZ ADMITE ESTRÉS

MENSUAL COMO ATENUANTE EN VIOLACIÓN.) Y el cine. (Newman y Redford en

¡"Hermanos de sangre"!)


Los hombres convencerían a las mujeres de que hacer el amor es más placentero

"justamente en estos diítas". Se diría: las lesbianas temen la sangre y por tanto la

vida misma, aunque eso será porque nunca se han topado con un verdadero

hombre menstruante.

Los intelectuales, sin duda, ofrecerían los argumentos más morales y lógicos.

¿Cómo va una mujer a dominar las disciplinas que requieren un sentido del tiempo,

del espacio, de las matemáticas o la medida, por ejemplo, si no dispone de ese don

innato para la medición de los ciclos de la luna y los planetas, y por ende, para la

medición de cualquier cosa?

En los enrarecidos campos de la filosofía y la religión, ¿podrían las mujeres hacer

algo para compensar el no poder percibir el ritmo del universo, o su falta de contacto

mensual con la muerte y la resurección simbólicas?


Los liberales de todos los campos intentarían ser amables: el hecho de que "estas

personas" no tengan el don de la medición de la vida, o de la conexión con el

universo -explicarían- es suficiente en sí mismo como castigo.

¿Y cómo se entrenaría a reaccionar a las mujeres? Las mujeres tradicionales -se

puede imaginar- estarían todas de acuerdo con todos los argumentos, aceptándolos

con tenaz y sonriente masoquismo. ("La ERA [Ley de Igualdad de Derechos, 1923,

que no fue implantada al final] obligará a las amas de casa a hacerse una herida

cada mes": Phyllis Schlafly [una especie de Nancy Reagan]. "La sangre de tu

marido es tan sagrada como la de Jesús; ¡y además, muy sexy!": Marabel Morgan.)

Las reformistas y las Queen Bees intentarían imitar a los hombres, pretendiendo

tener el ciclo mensual. Todas las feministas explicarían una y otra vez que los

hombres también necesitan ser liberados de la falsa idea de la agresividad

marciana, al igual que las mujeres necesitan escapar al esclavismo de la envidia a

la menstruación. Las feministas radicales añadirían que la opresión de lo

no-menstrual es el patrón por el que se rigen todos los tipos de opresión ("La

población vampira fue la primera que luchó por la libertad!", Las feministas culturales

desarrollarían una imaginería sin sangre para el arte y la literatura. Las feministas

socialistas insistirían en que es el capitalismo el que permite que los hombres

monopolicen la sangre menstrual...


De hecho, si los hombres tuvieran el periodo, las justificaciones del poder podrían

ser interminables...


Bueno, pero eso sólo si les dejáramos"



Gloria Steinem (1934 - Actualidad) es una periodista, escritora y activista política

que lucha hasta hoy día por los derechos de la mujer. Gracias a su pensamiento

liberador, transmitido a través de sus ensayos y de sus conferencias como vocera

del movimiento feminista, logró que gran parte de las mujeres tomaran conciencia

de la desigualdad de género y actuaran para erradicarla. Su lema, que continúa

comunicando, es que la mujer tiene derecho a decidir cómo vive.

Gloria Steinem recibió el Premio Príncipe de Asturias en 2021. LINK